Bendito el sopor en que me sume tu mirada, en el fornicio de aquella mentira inventada,
Añoro el sabor de los pliegues de tu piel deseada. Quisiera sentir el sabor de esos labios, de esa boca mojada.
Bendigo mil veces tu nombre soñado, la feliz ignorancia de sentir tus brazos.
El hierro candente que desmembra mi voluntad, ese hierro que es tu ternura y que me da liberta
En la punta de tu cuello, palpitar sincero, descarriado en ti, cuento los ocasos
En la punta de tu cuello, palpitar sincero, descarriado en ti, cuento los ocasos, arrumbo los fracasos y mi
cuerpo se dirige hacia ti...
Perfil desconfiado, colgando en la pared el luto en mis ojos, para absorber tu piel, y el corazón tuyo...esencia perturbada me das.
Bendigo Tu nombre que no me atrevo a gritar,
bendigo tu forma tu esencia incierta, tus ojos oscuros tus mejillas rosadas.
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