Te amé pero no me abriste tu corazón, Ni permaneciste durante mucho tiempo;
Un momento estabas aquí, y al siguiente ya no.
Las noches de éxtasis no son ahora sino recuerdos; Quizás no estuviste nunca satisfecho,
Sino de algún modo atrapado
Por fútiles esperanzas, quijotescos ensueños.
¿Previste cada aurora nonata con el corazón presuroso y necesidad de buscar;
Mientras yo participaba de tu gentileza tan inconsciente de que, si amabas, lo hacías
renuentemente?
Debería haberlo adivinado,
Pues existe en ti una parte salvaje e indomada. Que intenta huir y que no me atreví ni a explorar ni a contemplar;
Pero aunque me dejaste y te he perdido,
A la caída del crepúsculo intento oír tus pasos.
Y aguardo conteniendo el aliento y con marchita esperanza....
¡Estoy desolada!
Danza pequeña.
Danza pequeña en este silencio, Danza pequeña mientras yo te observo, Como sufres, como te desgarra el dolor.
Como tus lágrimas se tiñen de rojo,
Te miro, te siento y me causas gracia y repulsión, no por no ser bella,
Si no por tu patética sonrisa charada que cubre tu dolor.
¿Por que sigues esa danza?
¿Que significa esa risa?
Si por dentro sudas, lloras te desgajas ensalzando la razón.
¿Y te dices feliz? si te aterra estar sola, ¿por que te aferras a un corazón por el cual tu no lates? lo amarras, lo engañas, en tu entupida osadía vistes de negro a tu alma sombría.
Abraza tu soledad, es tu compañía, tu inútil consejera que fornica con tu risa, iluminando tu rostro mientras pasas frente a mí...
Ahora duerme, duerme pequeña....
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