viernes, 17 de febrero de 2012

Doña Cien Fuegos

Hemos recibido un par de colaboraciones, esta es la primera de ellas, Disfrutenlo y no duden enviarnos sus  aportes a este su blog. Disfrutenlo....


 
 
Doña Cienfuegos
 
Doña Beatriz Cienfuegos una habitué de las guardias de los hospitales vivía una doble vida. Le gustaba estar al filo del suicidio con sus insensatas ideas que todas llevaba a cabo durante la noche. El fin de semana anterior se había unido a un grupo de alumnos en pintadas callejeras nocturnas. Estos jóvenes eran expertos en el arte del stencil, para ella era todo novedad y estaba muy entusiasmada. Ese día se pasó ansiosa entre lectura de foros y chat, esperando la nueva aventura junto a los adolescentes. La noche llegó y se lanzó al nuevo viaje, vestida de oscuro con su mochila cargada de los infaltables libros que la sacarían siempre de apuro, la biblia, que usaba cuando debía hacer reflexionar a algún desubicado, un diccionario multilingue, su gran apoyo en situaciones que debía resolver con los pasantes de diferentes partes del mundo, uno de Larousse de castellano con sinónimos y antónimos, que usaba de verificador de sus cuentos, todo este material le pesaba horrores en su madura y ancha espalda. Los jóvenes habían elegido un lugar para sus pintadas, no se dieron cuenta que era propiedad privada de la señorita Juana de Montes Oro. Beatriz en su afán de que todo salga bien, vigilaba hacia todos los costados, no dándose cuenta de un pequeño cártel que decía "Prohibido pintar".
El deseo pudo más que la vigilancia y arrebató una plantilla a una bella jóven para ser ella la que hiciera esa pintada. En ese momento se escuchó una voz. Doña Beatriz Cienfuegos era esposada por un hombre vestido de azul.
 
Beatriz Valerio

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